A través de los ojos de un joven africano que es secuestrado y enviado al haré imperial de Topkapi (Estambul), donde tendrá una carrera ascendente, Alfred Shmueli presenta uno de los ambientes más fascinantes y desconocidos que imaginarse pueda. Las rencillas entre las favoritas del sultán, las atroces costumbres, el contraste entre el lujo y la ostentación de palacio y la miseria de ciertos barrios de Estambul está perfectamente reproducido, y a ello hay que añadir el interés de la historia de aprendizaje del joven Jaja y la entidad de los secundarios (visires, mujeres del harén, eunucos, etc.) lo que en conjunto hace de esta obra la mejor novela sobre el Imperio Otomano.