En Appleyard, un suburbio de Londres que antaño fuera un pueblo, la macabra muerte de un gato, alborota la paz de sus habitantes, ya que algunos de ellos ven en ello una advertencia. Pero no tardan en surgir nuevos enigmas, con la llegada de una extraña pareja que se presentan como hermanos a una señorial manción que nadie sabe a ciencia cíerta cómo han podido pagar. A través de David Byfield, un párroco viudo que está enamorándose de una editora, el autor va presentando a una amplia galería de personajes, cada uno de los cuales parece tener algo que ocultar en su pasado. El hilo conductor de la trama será un poema escrito por un poeta maldito que se suicidó años tras en Appleyard.
Si bien el escenario y algunos de los personales son comunes a "Las cuatro últimas cosas", la época, principios de los setenta, es completamente distinta.
Andrew Taylor opta de un modo muy claro por la concisión: ninguna palabra sobrante, sólo la información estrictamente necesaria, los personajes se describen a través de sus propias palabras y acciones, y con ello el autor crea unos climas de suspense de gran intensidad, manteniendo al lector agarrado a las páginas de un modo realmente muy poco usual.