Inspirado por los recuerdos de su infancia, Andrea Camilleri ha escrito una deliciosa novela de iniciación sentimental y erótica, descrita por el mismo autor como «unas vacaciones narrativas [?] en la inminencia de mis ochenta años». El argumento gira en torno al despertar a la vida de un muchacho algo ingenuo, a finales de los años treinta, sobre el trasfondo del mundo provinciano y soñoliento de Vigàta, la ciudad imaginada por el autor para situar al comisario Salvo Montalbano.
Con sus persianas permanentemente cerradas, la misteriosa casa de nombre tan sugerente es como un imán irresistible para el adolescente Nenè y sus amigos del alma, Ciccio y Jacolino, que fantasean con lo que ocurre en el interior de la pensión y sueñan con acceder algún día a ese mundo desconocido que imaginan rebosante de sensualidad. Cuando, al cabo de unos años, consiguen traspasar inesperadamente sus puertas, descubren un cúmulo de personajes e historias difíciles de olvidar. La guerra va cobrando protagonismo hasta que su presencia se vuelve abrumadora y, finalmente, trágica. Entonces, el amor y la amistad aparecen como el único sentimiento capaz de devolvernos la ilusión y la voluntad de vivir. La pensión Eva es una nueva muestra de la vitalidad narrativa de Camilleri. Con su socarronería habitual y su estilo irónico y vivaz, el gran autor siciliano nos sumerge en una historia colmada de humanidad, que consigue divertirnos y conmovernos a la vez.