Comparándolos con otros, puede que algunos relatos del padre Brown parezcan ingenuos. Pero es que él no es un detective al uso, ni tampoco sus historias. No podemos leer a Chesterton como a Agatha Christie o a Conan Doyle, porque aquél tiene intenciones muy distintas con sus palabras. Le gusta recrearse creando misterios cada vez más complicados e irresolubles, pero también busca transmitir sus propias ideas y hacer un retrato costumbrista de las personas y lugares de su época, con especial mimo en detalles de la vida cotidiana que muchos pasarían por alto. Excepto su padre Brown.