Ni un perro, ni un gato, ni siquiera una mosca o un grillo. Algo debe de haber sucedido: los niños preguntan y algunos adultos se enfadan. Oros no, como la maestra Emmanuela con sus extraños dibujos, o el viejo pescador Almón, cuyas redes están siempre vacías, o la panadera, que en vano echa mgias en el patio para pájaros que nunca vendrán. Hasta que Maya y Mati, dos niños empecinados en encontrar la verdad, se atreven a desobedecer la ley...