Mucho antes de que la revolución islámica impusiera en Irán el régimen de los ayatolás, la vida en el país persa era una interesante amalgama de tradición y modernidad. Shusha Guppy recuerda el paraíso perdido que representaba Irán para una chica de elevado rango social como ella: un mosaico de personajes variopintos, paisajes, olores, cambios sociales, cuentos populares y relaciones que la autora recuerda con añoranza y que le sirve también para retratar un país rico en contrastes, que trataba entonces de poner un pie en la modernidad sin perder sus raíces. La privilegiada posición de Shusha le permitió estudiar música, arte y teatro y adoptar pautas de conducta occidentales, cuando eso todavía era posible en Irán. Ahora, después de una brillante carrera académica y profesional en Londres y París, se reencuentra con un pasado añorado, evocado con nostalgia y ternura, para deleite de todos sus lectores.