Las Vegas, s225;bado por la noche. Mientras miles de personas viven un sue241;o de dinero f225;cil bajo el esplendor de los letreros de ne243;n, los Ewing se enfrentan a la peor de las pesadillas. Newell, su problem225;tico hijo de 12 a241;os, se ha desvanecido en el desierto sin dejar m225;s rastro que una zapatilla. Lorraine, la madre, hundida en la depresi243;n, visita una y otra vez la habitaci243;n del ni241;o mientras se pregunta qu233; podr237;a haber hecho para retenerlo a su lado. Lincoln, el padre, se siente incapaz de ayudarla y se refugia en el recuerdo de sus d237;as de gloria como jugador de las ligas menores de b233;isbol. Pero no son 233;stas las 250;nicas existencias que se ver225;n alteradas por la desaparici243;n del adolescente. Ah237; est225; Kenny, homosexual e introvertido, que ten237;a en Newell a su 250;nico amigo. Y Bing Beiderbixxe, dibujante que ese fin de semana hab237;a acudido a la ciudad de los casinos para firmar sus c243;mics. Y Ponyboy, un fan225;tico de los tatuajes que se gana la vida repartiendo v237;deos er243;ticos a lomos de su mountain bike. Y Cheri Blossom, una stripper dispuesta a cualquier cosa con tal de dar un toque personal a su trabajo.
Todos ellos son los personajes de Tiernas criaturas de Charles Bock, autor que ha dedicado once a241;os a la redacci243;n de esta novela coral y llena de vida, uno de los t237;tulos m225;s importantes de la narrativa norteamericana de los 250;ltimos a241;os gracias a su duro pero entra241;able retrato de las ambiciones y miserias que pueblan las calles de Las Vegas.