Sólo un genial humorista como Woody Allen podría concebir un musical en torno a la Viena Fin de Siècle en el que Alma Mahler se la pegara, sucesivamente, a Gustav Mahler, Walter Gropius, Oskar Kokoschka, Franz Werfel, Gustav Klimt, Egon Schiele, Ludwig Wittgenstein y Karl Popper. El viacrucis por el que pasa un incauto que confía las reformas de su casa a un contratista sospechosamente sensato; un delirante intercambio epistolar entre el director de unas colonias de verano y el padre de uno de los niños (bastante zoquete, todo sea dicho) que pasa allí las vacaciones; las vicisitudes de un hombre que, en plena moda New Age, aspira a levitar pero que se lanza a practicar sin dominar la técnica... Éstas son algunas de las desternillantes situaciones que describe Allen en su nuevo libro.
Además de psiquiatras que acaban peor que sus pacientes, y desdichados actores dispuestos a hacer lo que sea para poder comer, desfilan por estos relatos sociedades estrafalarias, como la empresa que subasta en eBay oraciones para que se cumplan deseos... sin demasiadas garantías, e ingenuos a los que les quieren vender trajes que exhalan olores, proveen de agua o recargan el móvil con sólo frotarlo contra una de sus mangas.
Veinticinco años después de su último libro de relatos, Woody Allen vuelve a hacernos reír con sus historias: desde la policía hasta los gourmets, pasando por Mickey Mouse, los detectives privados o las guarderías, nada escapa a las ácidas burlas de Woody Allen en estos dieciocho relatos.