La muerte de Adam Berendt, perteneciente a un elitista grupo residente en Salthill-on-Hudson, un pueblecito idílico a media hora de tren de Nueva York, desata una serie de reacciones entre sus amigos y amigas, todos ricos, hermosos, y de mediana edad. Adam Berendt se había convertido en un puntal de la elitista y aburrida sociedad de Salthill. Sólido, no tan rico pero solvente, con el atractivo que emana de la honestidad, la mayoría de mujeres de la comunidad se habían enamorado de él en un momento u otro. Su absurda y repentina muerte (se ahoga en el río para salvar a una niña) deja a los habitantes de Salthill perplejos y enfrentados a su propia vida. Quizá la más afectada por la tragedia sea Marina Troy, cuarentona propietaria de la librería local, cuya gran ambición fue siempre ser escultora. La muerte de Adam la obliga a relacionarse con Roger Cavanagh, su abogado, y a rechazarle como amante. Otra pareja de amigos de Adam, Camille y Lionel Hoffman, viven también su peculiar duelo. Camille, platónicamente enamorada del muerto, ve cómo Lionel la abandona para irse con su joven amante y ejecutará su personalísima venganza. Abigail des Près, divorciada, madre de un hijo adolescente, asiste a la muerte de Adam con la misma desolación que Marina y Camille, pero en su caso la tragedia le servirá para dar un nuevo sentido a la relación con su hijo Jared. Augusta es una mujer distinta a Camille y Abigail. Infiel a su marido, el soso Owen, siente la necesidad de aclarar el pasado de Adam. Sus pesquisas desvelarán un secreto: Adam fue un adolescente conflictivo que, con un descuido, provocó el incendió que acabó con las vidas de su madre y su hermana. Las vidas de Roger y Marina, tras el arrebato de pasión que no acabó de cuajar, vuelven a encontrarse. Él, desengañado de su hija adolescente Robin y a punto de ser padre soltero, se cruza de nuevo con Marina, ya convertida en escultora a punto de exponer. El romance se consolida, permitiendo así un final optimista a una novela que bucea en los aspectos más insidiosos de las relaciones entre hombres y mujeres. La descripción escueta de la trama no hace justicia a este ambicioso trabajo de Oates, donde el carácter de los personajes, sus esfuerzos por enfrentarse a una nueva vida cumplidos ya los cuarenta años, crean un mundo complejo, aunque hombres y mujeres se muevan en una aparente frivolidad. Las historias que se entrelazan, la mezcla de ironía y humor negro, acercan este libro a las novelas de John Irving.