Arame y Bougna, madres de Lamine e Issa, clandestinos que han partido hacia Europa, no cuentan ya sus primaveras; cada una de ellas era la centinela devota y consagrada a la salvaguarda de los suyos, el pilar que sustentaba la morada sobre las galerías excavadas por la ausencia.Coumba y Daba, jóvenes esposas de ambos emigrantes, olisqueaban sus primeras rosas: sedientas de amor, de porvenir y de modernidad, se habían lanzado, sin reservas, por una pista de felicidad que se convertía, poco a poco, en su vía crucis.La vida no aguarda a los ausentes: los amores varían, afloran los secretos de familia, las pequeñas y grandes traiciones alimentan la crónica social y determinan la naturaleza de los reencuentros. El rostro que ha regresado no es forzosamente el que se aguardaba...Para más información podéis entrar en Casa África: www.casafrica.es/coleccion_literatura_casa_africa.jsp