Herman echa la cabeza hacia atrás y clava la mirada en la copa de un árbol cuyas hojas, doradas y rojas, están a punto de caer. Es otoño, hace frío en Oslo y las nubes cruzan presurosas el cielo. Y, de repente, la primera hoja cae por fin. El viento la levanta y la baja, y Herman la sigue con la mirada. Tambiéb, pronto, él se sentirá como un árbol sin hojas