Halinka no es una chica afortunada. Vive en un internado y nunca habla de su vida anterior. No tiene amigos ni quiere tenerlos. Prefiere estar sola en su fantástico escondrijo del desván, donde lee y escribe. Un día, la directora del internado organiza una colecta en favor de madres necesitadas. Halinka se pone a recoger más dinero que nadie, son la esperanza de que así, quizá podrá ir a ver a su tia Lou. Tal es el comienzo de una peripecia en la que Halinka reflexiona sobre el dinero, la amistad y las oportunidades que nos brinda la vida.