Lucía Bonet no es precisamente una niña demasiado mona, no le gusta ir a la escuela, tiene pocos amigos y aquel curso, como no ve suficientemente bien, le hacen llevar gafas. Poquito a poco, esas gafas que al principio tanto detesta, le van descubriendo un mundo diferente, más atractivo, más mágico y emocionante que el mundo de cada día; un mundo poblado de feroces ladrones, de misteriosas brujas, de fantasmas galantes y bosques animados. Un lugar donde tiene la oportunidad de demostrar que es tan valiente como las heroínas de las novelas y tan bella como las princesas de los cuentos.