No es fácil definir el juego. Esta palabra coloquial cuenta con muchas acepciones diferentes: jugarse la vida, jugar limpio, el juego como diversión, jugar con fuego, etc., y ha recibido diferentes significados en función del área de conocimiento que ha contemplado. Las múltiples definiciones propuestas aportan una explicación consecuente con la teoría que lo contempla. El juego se resiste a una definición absoluta, y cualquiera de ellas no representa más que una aproximación parcial al fenómeno. Etimológicamente, el término procede del latín "iocum" broma o diversión-, pero también designa la acción propia de jugar "iocari".
Este libro considera que los juegos son manifestaciones que por su especificidad cultural merecen un trato singular tanto en su estudio como en sus posibles aplicaciones educativas y/o recreativas y que, al mismo tiempo, muestran algunas de las muchas posibilidades que ofrece la cultura de todo pueblo. El libro ofrece una primera parte conceptual, en la cual a modo de introducción se detallan algunos fundamentos teóricos en torno a la esencialidad del juego y a las nociones culturales que le acompañan. Este apartado, a pesar de tener un carácter más teórico y reflexivo, es un buen complemento para tener más conocimientos sobre las propiedades inherentes a estas prácticas.
El segundo bloque presenta la descripción de los juegos siguiendo una tipología original, elaborada a partir de las características de las relaciones sociales establecidas por el reglamento de juego. A través del juego se desencadenan diferentes niveles de relación con los demás participantes. Esta diferenciación revela el amplio abanico de posibilidades motrices de los juegos y deportes populares-tradicionales.
La tercera y última parte del libro sugiere algunas ideas y actuaciones a tener en cuenta a la hora de hacer uso del juego y deportes populares-tradicionales.