Nada más desenvolver el libro, escucha una voz pidiendo ayuda. Esa voz sale del libro. No puede ver a nadie pero se da cuenta de que algo raro está pasando. Es idéntica a la niña que aparece en el libro, pero hay un conejito sentado junto a ella y no un gato, como ocurre en la realidad.Aparte de todo esto, el libro que sale en el libro parece un espejo. Y en la portada puedes ver un libro, en el que sale un libro, en el que sale un libro... ¿Seguirá hasta el infinito?
¡La pequeña lectora se adentra en el libro y conoce al autor en persona!
Al adentrarnos en un libro penetramos en otro mundo. Jörg Müller se toma esta máxima al pie de la letra, la plasma en imágenes y hace aparecer en el mismísimo centro de este rompecabezas de múltiples capas al propio ilustrador del cuento.