Lola está sola y se siente triste, no tiene con
quién jugar, todo es gris a su alrededor. De pronto, ella mira un cuadro en su pared de unos pájaros muy coloridos en
donde cada uno parece tan feliz, pero apenas mirarlo no es suficiente, entonces decide poner color a su vida. Con la
ayuda de un sombrero verde, zapatos azules, vestido del color rosa y se pinta todo el cuerpo en colores brillantes para
levantar su humor. La explosión de color en cada página nos salpica de color y felicidad, cuando Lola deja volar su
imaginación y creatividad en este encantador cuadro-libro.
Polly Dunbar hace la transición
imaginaria de soledad al compañerismo, una historia mágica y hermosa, que crea un mundo nuevo, colorido y brillante,
sin olvidarse de que la magia también debe ser deshecha. Un cuento simple, contado por esta autora-ilustradora, ideal
para enseñar a los niños a tener control sobre sus propios humores, aunque haga un día gris o no.