Esta sencilla historia narra cómo un niño entra en una casa vacía para evitar que la lluvia lo empape y descubre, según va adentrándose, que no está tan vacía, pues ha impregnado la casa con su presencia: sus huellas, su sombra, su reflejo en un espejo.
Una propuesta plástica con un colorido sugerente y unas excelentes composiciones.