Esta es la historia verdadera de Roy y Silo, pingüinos barbijos, que tienen una delicada línea de plumas
negras por debajo del pico, como si fuera un collar. Después de algún tiempo, en 1998, Rob Gramzay, el guarda del Zoo
del Central Park, descubrió que estos dos pingüinos machos que estaban juntos siempre eran pareja. En el año 2000, Rob
Gramzay siempre observaba el comportamiento tierno de Roy y Silo, y decidió darles la oportunidad de crear una familia.
Tango, su cría, nació de un huevo de otra pareja de pingüinos, que se llaman Betty y Porkey. Esta pareja acostumbra a
incubar sus propios huevos, pero nunca han sido capaces de ocuparse de más de uno al mismo tiempo. Cuando Betty puso
dos huevos fértiles, Gramzay colocó el huevo sobrante en el nido vacío que había construido la pareja. Y el nombre
elegido para el bebé pingüino significa que '&se necesitan dos para bailar un Tango'. Si váis al Zoo de Central
Park, podréis ver a Tango y sus padres jugando en la casa de los pingüinos, con sus amigos, Nipper, Squawk, Charlie,
Wasabi y Piwi. Hay cuarenta y dos pingüinos barbijos en el zoo Central Park, y más de diez millones en el mundo. Pero
sólo hay un Tango. Una nueva de forma de enseñar a los niños a comprender la formación de familias diferentes.