Las malas relaciones que mantiene con sus hijos Fiódor Pávlovich Karamázov, hombre rico, cruel y libertino,
acaban llegando a un punto de ruptura en el que no hay vuelta atrás. Ni el insaciable e impetuoso Dmitri, ni el
intelectual y ateo Iván, ni el piadoso y místico Aliosha son capaces de desvincularse de la sombra del parricidio que
se cierne fatalmente sobre la familia. A partir de un crimen y de la disparidad de caracteres de los Karamázov,
Dostoievski examina en este oscuro e intenso drama familiar los problemas morales y religiosos que siempre le
preocuparon, alcanzando cotas de una profundidad psicológica y filosófica sin parangón en toda su novelística y quizá
en toda la narrativa moderna.