¿Qué tienen en común un nostálgico tumor cerebral, un espectro obsesionado por los luchadores enmascarados observando su vida y su muerte por televisión desde un inframundo azteca, y un hipotético androide en busca del creador perdido por un mundo en ruinas? La simple respuesta a este complejo interrogante es:
a) México Distrito Federal, metrópoli apocalíptica donde todo lo que puede llegar a ocurrir y no ocurrir indefectiblemente ocurre;
b) la misteriosa sombra de Martín Mantra: director de cine prodigio en busca del film total, líder guerrillero, mesías flamígero, tótem religioso, y, antes que nada, miembro de una demencial familia mexicana abducida por una telenovela;
c) películas malas y buenas revoluciones, comida picante y aire contaminado, pirámides antiguas y modernos aeropuertos, madres sufridas y padres alucinados, turistas célebres y mariachis anónimos, día de los muertos y noche de los vivos, sangre derramada y tequila en las venas.
Todo esto y mucho más en una ciudad de novela y en la novela de esa ciudad.
«Pocas novelas tan apasionantes he leído en los últimos años. Con Mantra es con la que más me he reído, la que me ha parecido más virtuosa y al mismo tiempo más gamberra; su carga de melancolía es inagotable, pero siempre está asociada al fenómeno estético, nunca a la cursilería ni al sentimentalismo siempre en boga en la literatura en lengua española. Es una novela sobre México, pero en realidad, como toda gran novela, de lo que verdaderamente trata es sobre el paso del tiempo, sobre la posibilidad e imposibilidad de los sueños. Y también trata, en un plano casi secreto, sobre el arte de hacer literatura, aunque muy pocos se den cuenta de eso.» Roberto Bolaño