La isla bajo el mar relata la vida de Zarité, una mulata que a los nueve años es vendida como esclava al francés Toulouse Valmorain, dueño de una de las más importantes plantaciones de azúcar en Santo Domingo. A lo largo de la novela transcurren cuarenta años en la vida de Zarité durante los cuales se vislumbra lo que representó la explotación de esclavos en la isla en el siglo XVIII, sus condiciones de vida y su lucha por conseguir la libertad. Pese a verse obligada a vivir en el ambiente sórdido de la casa del amo, Zarité nunca estará sola. Una serie de personajes de lo más variopinto apoyarán a nuestra protagonista para seguir adelante hasta conseguir la tan anhelada libertad para las futuras generaciones. Mujeres peculiares como Violette, que se dedica a la prostitución; o Loula, la mujer que le protege y organiza su negocio; Tante Rose, la curandera, Celestine o Tante Matilde, la cocinera de la plantación: personajes con un aire mágico que dan un ambiente y un color especial a la novela. Los amos desprecian y maltratan a los esclavos. Estos a su vez organizan rebeliones, una de las cuales provoca un gran incendio en la plantación. Valmorain huye de la mano de Zarité. Ella ha criado a Maurice, hijo de Valmorain que crece junto a Rosette la propia hija de Zarité y su amo. Conforme avanza la novela nuestro personaje alcanza la dignidad que le corresponde. Vivirá su propia historia de amor y conseguirá la libertad. Isabel Allende le da voz a una luchadora que saldrá adelante en la vida sin importar las trampas que el destino le tiende. Es mujer, mulata y esclava, tres características que en el Caribe del siglo XVIII condenaban a cualquier persona a ser prisionera de un destino que estaba siempre en manos de un amo hombre, blanco y libre. No obstante, Zarité es una heroína, una triunfadora que conseguirá abrirse camino para alcanzar la felicidad.