Durante toda su vida, la música le brota a Gerardo Diego en cualquier situación y desde prácticamente todos los recodos del camino. Debió de nacer el poeta con buen oído, pero además comenzó a ser adiestrado muy pronto: clases de solfeo desde los cinco o seis años, y una afición afianzada por la presencia el viejo piano de la casa familiar. La música y la poesía se perfilaron desde la niñez como sus dos aficiones más claras. ?Las palabras no dicen nada, pero lo cantan todo; y se engarzan en una libre melodía de armonías?. Estas palabras de Gerardo Diego dan cuenta de la honda raigambre del repertorio poético-musical en la vida del poeta. Esta edición ofrece una antología ?temática? que recoge el aspecto musical en los múltiples libros del poeta: sus primeros asedios a la música, sus primeros recuerdos sonoros, su primer amor, su rotunda vocación poética, los sonidos de la naturaleza, las danzas populares, el cosmos y la creación, el carácter religioso, la música y los compositores musicales, la tradición.