El policía Jeffrey Tolliver regresa a Sylacauga, un pequeño pueblo en el centro de Alabama. Nunca lo debería haber hecho. Vuelve para enseñarle a su nueva novia, la forense Sara Linton, el lugar en el que nació y presentarle a su madre. Pero el pasado se le reaparece a Tolliver como una maldición: una vieja acusación de violación y asesinato, la detención de su íntimo amigo de la infancia por un homicidio por celos, el descubrimiento de un viejo cadáver, el odio de sus vecinos... Tan sólo la presencia de la forense y de Hoss, el viejo sheriff que le salvó de la violencia de su padre, parecen ir a su rescate. Pero en Sylacauga todos mienten... nada es real, excepto las evidencias con las que Sara descubrirá quién es el realmente el verdadero Tolliver. Veinte años después de aquel atroz viaje, Jeffrey y Sara son rehenes en un secuestro en la comisaría del condado de Grant, asaltada a fuego y sangre por dos individuos... ¿Quiénes son? La detective Lena Adams intentará rescatarles. Si la maldición de Sylacauga no acaba con todos ellos antes. Hay heridas que nunca se curan.