JOSÉ MARÍA EÇA DE QUEIROZ (Póvoa de Varzim, 1845-París, 1900) es sin duda el escritor portugués más importante del siglo XIX y uno de los cuatro o cinco novelistas más considerables de su tiempo en toda Europa.
Estudió Derecho en Coimbra y ejerció de abogado durante algunos años en Lisboa, pero los más de sus años de actividad literaria los pasó lejos de Portugal, dedicado a la carrera diplomática. Publicó algunos volúmenes de crónicas, artículos, viajes y cartas, todos excelentes, pero destacan aún más sus cuentos, a menudo de carácter fantástico, como El mandarín o El difunto y sobre todo sus novelas: El misterio de la carretera de Cintra (1870), El crimen del padre Amaro (1875), El primo Basilio (1878), La reliquia (1887) y Los Maia (1888).
El conde de Abraños fue escrita en Francia en 1879, pero permaneció inexplicablemente inédita hasta 1925. Rescatamos esta novela, una de las más señeras a la par que más desconocidas entre todas las obras de Eça de Queiroz, en la versión prodigiosa y exacta que hizo el gallego Wenceslao Fernández Flórez en 1930.
El Nabokov de Pálido fuego o el Jorge Ibargüengoitia de Los relámpagos de agosto hubieran entendido a la perfección la suprema ironía y la sabiduría literaria de esta falsa biografía de un prócer político portugués de mediados del XIX, escrita por su fidelísimo y aplicado secretario y dedicada a su joven viuda.
A. L.