El giley es un juego antiguo. Los monarcas se jugaban a las cartas los doblones de oro y a veces el reino... algunos, como el policía Cobos, se juegan la vida. Cobos, descendido de Madrid al paisaje ocre de Puertollano, es un policía que regenta un garito ilegal donde juegan quinquis, chulos y borrachos y, en teoría, se encarga de Lesiones y Menores en la comisaría. Fardón y farolero, a Cobos le agrede en el portal de su propio garito una rubia ceñida a un vestido rosa calabaza y que no tiene el gusto de conocer, pero a quien comenzará a buscar como una novia despechada. Tres días después, la Guardia Civil la saca de un riachuelo cerca de Puertollano y Cobos se dará cuenta de que, por presumir, ha repartido cartas de sospechoso en una partida que acabará entre rejas o aún peor.
Julián Ibáñez (Santander, 1940) estudió Ciencias en la Universidad de Valladolid y guión en la Escuela Oficial de Cine de Madrid. Durante diez años residió en diferentes países y actualmente vive a Argés (Toledo), dedicado a la escritura y a la pesca. Reconocido autor de novela negra, Ibáñez ha publicado títulos como La triple dama, Mi nombre es Novoa, Entre trago y trago y La miel y el cuchillo. Además, también lo es de títulos juveniles como Crimen supertranquilo, Los gorilas no bromean con la corbata o Me gusta ayudar a las pelirrojas.