El príncipe Friedrich vive exiliado en Londres tras haber renunciado al trono de Felzburgo para casarse con Gisela. Friedrich muere al caer de su caballo durante una cacería, pero la condesa Rostova afirma que en realidad ha sido envenenado por su propia esposa. Cuando Gisela demanda a la condesa por difamación, ésta acude a uno de los mejores abogados londinenses, Sir Oliver Rathbone, para que se ocupe de su defensa. Sir Oliver encarga la investigación al detective Monk, que contará con la ayuda de Hester, una enfermera bastante perspicaz.