¿Cuántas veces hemos oído afirmar a los jóvenes, e incluso a los que ya no son tan jóvenes, «paso de
política»? Hoy, la clase política se ha convertido en el tercer problema del país, y los partidos políticos en la
institución peor valorada. Y no es casualidad que en las recientes manifestaciones donde se demandaba «democracia real,
ya», miles de personas hayan gritado que los políticos «no nos representan». Sin embargo, se equivocan quienes
vaticinan que la sociedad está despolitizada: no solo hablamos y discutimos de política como nunca, sino que estamos en
condiciones de criticarla. Este libro habla de la posibilidad de esa nueva forma de hacer política: su autor comparte
las conclusiones de su dilatada experiencia en política y en las redes sociales con dos tipos de jóvenes, y el
resultado es un diálogo entre distintas generaciones sincero, donde ningún interrogante ni planteamiento está vetado.