Juan Llorca y Andrés Sequeiro son dos marineros que combatieron a bordo del crucero Infanta María Teresa el 3 de julio de 1898, cuando el contralmirante Pascual Cervera y Topete, al mando de la Escuadra del Atlántico, fue obligado por el Gobierno a abandonar Santiago de Cuba para luchar contra una flota estadounidense muy superior. Es un hecho histórico que ambos salvaron a Cervera de morir ahogado tras el combate. Con esta base, el autor teje una trama en la que se mezclan fantasía y realidad, envolviendo al lector en una maraña intrigante en la que, además, se va perfilando una maravillosa historia de amor.
La España de finales del XIX, que anclada en el pasado y carcomida por la corrupción, intenta apuntalar un imperio del que sólo quedan los vestigios, se desgrana en cada página a través de la vida de los protagonistas, dos de los enviados al sacrificio para defender el honor y el orgullo de una bandera que había ondeado en un territorio donde, hasta ese momento, no se ponía el Sol.