El protagonista, Viance, llamado Imán por sus amigos por su capacidad de atraer problemas, es un muchacho aragonés, uno cualquiera de entre los 200.000 mil hombres que pasaron por el continente africano sin más horizonte que la mochila del compañero de delante. Brillante alegato antibelicista del hasta entonces periodista Ramón J. Sender, está escrita con un estilo maduro y sólido difícil de encontrar en una ópera prima.