Tras la muerte de Ana Bolena, Enrique VIII anuncia su boda con Jane Seymour con la que buscará su primer hijo varón y futuro heredero. El Rey encuentra la estabilidad personal junto a Jane, que además ejercerá de intermediaria entre Enrique VIII y su hija María, fruto de su matrimonio con Catalina de Aragón.
En el terreno político, Enrique VIII vivirá una época turbulenta. La dinastía de los Tudor se ve amenazada por la formación de un ejército en el norte de Inglaterra que quiere hacer frente a los abusos que se comenten en nombre de la Reforma. Por otro lado, Roma empieza a buscar aliados con la intención de restaurar el catolicismo en toda Europa.
Enrique VIII logra un hijo varón, por lo que se asegura un heredero, pero la desgracia es inmediata. Su esposa Jane Seymour muere tras dar a luz. Tras estar recluido durante una temporada, Cromwell presiona a Enrique VIII para que se case con la alemana Ana de Cleves, pero es tan sólo una estrategia para impedir la expansión del catolicismo. Aún y así, las pasiones de Enrique VIII son inagotables y lo demostrará con Katherine Howard, que se convertirá en su quinta esposa.