Esta novela, una de las más grandes e imperecederas de la literatura universal, contiene dos de los temas característicos de Dostoyevski: la relación entre la culpa y el castigo y la idea de la fuerza redentora del sufrimiento humano, planteando con todo vigor el conflicto entre el Bien y el Mal, ese dualismo ético que es una constante en la obra del autor.
Bajo el armazón naturalista de una novela de tesis, subyace una alegoría metafísica y moral.
Observa Dostoyevski que el castigo no intimida al criminal, "pues éste de por sí pide ya moralmente un castigo".
Entre la obra ingente del novelista ruso, es este libro, sin duda, el de mayor plenitud formal.