Continuación lógica de El joven César, pero de lectura independiente, esta es una apasionante novela sobre la evolución del guerrero, el legislador, el gobernante, el hombre más poderosos del imperio romano y, siempre, uno de los mayores conocedores de la naturaleza humana. Apartándose de lo anecdótico, Warner logra transmitir la talla humana e intelectual de Julio César, al tiempo que ofrece una poderosa reconstrucción de la época, adoptando la perspectiva del propio emperador.