Este libro es un homenaje de Riana Schepeers a su abuela zulú que le enseñó a contar historias. La autora nos dice que su abuela Yuba -que en zulú significa paloma- contaba sus cuentos por la noche, luego de la caída del sol y que es necesario hacerlo a esta hora porque si las historias se cuentan a la luz del día, a los niños les salen cuernos. Hay que contarlas por la noche y alrededor del fuego. El ritual comienza cuando la abuela dice: "kwesukasukela" y los niños responden "Cosu, cosu" que quiere decir que la están escuchando. "Indaba" (la historia) dice la abuela y los niños contestan : "yiphelka ngogozwana" que significa "vamos a comernos las palabras". Y termina diciendo: "Iyaphela" -se acabó-. Luego escupe sobre el fuego, simbolizando que todos los personajes protagonistas de la historia se queman y que los malvados no pueden. Dice Riana que los zulúes están en contacto directo con la tierra y con el espíritu de sus antepasados; que los otros dos valores fundamentales son las vacas y los hijos porque cuantos más se tienen, más importante es; que una mujer sin hijos no es nadie; que los hombres se dedican a preparar la guerra para defender la comunidad y que las mujeres hacen todo lo demás.