Michel de Montaigne (1533-1592), noble y pensador francés
que repartió su vida entre la actividad política y los retiros
literarios en su castillo, fue uno de los primeros filósofos en
escribir su obra íntegramente en lenguaje vulgar, es decir, en francés
en lugar de latín. La publicación de sus Ensayos,
entre 1580 y 1588, marca un hito en la historia de la literatura, por cuanto
Montaigne acuña por primera vez el término «ensayo»
referido a un nuevo género literario que inaugura con esta obra,
y que ha gozado de innumerables e ilustres practicantes hasta nuestros
días. Frente a la obra filosófica o moral clásica,
que pretende pontificar sobre cómo es el mundo y cómo debe
comportarse el hombre en él, Montaigne opone el concepto más
escéptico y liberal de «ensayo» (en el sentido de ejercicio
o prueba) para designar su método intelectual, su estilo de vida,
su experiencia de sí mismo. El registro de todas sus impresiones
en la escritura le permitirá conocer su propia naturaleza cambiante,
y por tanto, en buena medida, la de todos los hombres. Aunque no es un
moralista en su acepción clásica, tiene sentido ético
y valora la fe, la bondad, la justicia, el honor y la verdad; pero expone
sus ideas con moderación, prudencia y humildad: «no pinto
el ser, pinto el pasar», podría resumir su filosofía.
Los ensayos incluidos en esta selección, además de ofrecer
una lectura agradable y fluida a un lector contemporáneo, son representativos
de los diferentes aspectos del sentir de Montaigne: su relación
con otras personas, su ética, sus aficiones, sus ideas políticas...