Primera novela de Susanna Tamaro posterior a Donde el corazón te lleve, Anima mundi —que se publica de modo casi simultáneo en más de doce países e idiomas— es la historia de los destinos a la vez paralelos y contrapuestos de dos adolescentes: Walter, hijo de un partisano de las cercanías de Trieste; y Andrea, vástago de la versión de las ideas de Nietzsche adoptada por el neofascismo. Una experiencia amorosa decepcionante en Roma con una mujer, Orsa, y el regreso al pueblo natal para asistir a su padre moribundo han separado a Walter de Andrea; su reencuentro final tomará la forma de una larga carta de Andrea que resume el desencantado balance de su existencia y aboca el tumulto de lo que ha vivido hasta un trágico fin a la conquista de una paz superior. En estos dos destinos antagónicos, pero quizá secretamente complementarios, se cifran y dirimen acaso, algunos de los principales problemas éticos e históricos de nuestro tiempo y de la crisis de la sociedad actual. El título alude a esta dualidad: anima mundi, en la doctrina de Platón, designa una deidad en la que la naturaleza de lo idéntico y de lo distinto se unen para crear el alma del mundo (anima mundi), el principio de la vida en el universo, que era además el nombre que los alquimistas daban al mar, y que en psicoanálisis, representa la dualidad del espíritu y de la materia, de lo femenino y de lo masculino, del bien y del mal. Escrita en un estilo de extremado rigor, precisión y sensibilidad, Anima mundi confirma la maestría narrativa de Susanna Tamaro.