Al oftalmólogo Jack Stapleton todo empieza a rodarle mal: pierde su consulta a raíz de la desleal competencia de una gran empresa privada y, a continuación, pierde a su mujer e hijas en un accidente de aviación. Perplejo y destrozado, Jack intenta rehacer su vida y se dedica a la patología forense. Pero no imagina que su nuevo trabajo le conducirá a las puertas del infierno: en los hospitales controlados por la empresa que ocasionó su ruina profesional comienzan a producirse brotes repentinos de extraños virus que provocan la muerte de varios pacientes y Jack, movido por una inquietante sospecha, decide investigar.