Censurada, temida y odiada, Erase una vez el amor pero tuve que matarlo ha corrido la misma suerte de su autor pero como él, ha sobrevivido a la estupidez y las balas. Efraim Medina Reyes es el más brillante, peligroso y sagaz escritor de la actual narrativa colombiana, y en esta novela da muestras de eficacia, sensibilidad sin límites (entendida como capacidad de moverse entre lo sublime y lo vulgar) y coraje.