Rubén Darío es considerado por algunos especialistas y escritores como el padre del modernismo. Los poetas parnasianos y simbolistas franceses tuvieron una gran influencia en una forma pero, a partir de Prosas profanas (1896 y 1901) el estilo propio del autor, perfilado tempranamente en Azul (1888, revisado en 1890 y considerado como el primer poemario modernista), se define para llegar al considerado como el mejor ejemplo de su poesía: Cantos de vida y esperanza (1905). En esta obra el poeta vuelve a los temas recurrentes de su poesía para afirmar que el arte siempre superará a la naturaleza, sumida en el caos, pues es el único elemento capaz de restablecer la armonía divina. Rocío Oviedo Pérez de Tudela (1953), profesora titular de Literatura Hispanoamericana, posee una extensa bibliografía sobre autores modernistas. Un amplio número de estudios recogen sus investigaciones en torno a la poesía y el ensayo de Rubén Darío ( Recreación del pasado y representación, Recreación e iniciación: la imagen, Al paso de Darío: símbolo iniciático y acceso a la Vanguardia, Rubén Darío en el eje del 98, Darío y España, etc.). Otras investigaciones se refieren al ámbito literario del 98 y a las relaciones entre filosofía, literatura e imagen, a las manifestaciones literarias de la crónica de Indias.