La aparición de un puñado de cartas escritas por el padre del autor durante su participación en la Guerra Civil española supone el comienzo de una labor de investigación que le conducirá hasta Los quintos del pelargón.
Gracias a los relatos ofrecidos por algunos mozos del reemplazo de 1941, que tuvieron la desgracia de ser arrastrados como la grava a los campos de batalla, podremos conocer, con todo lujo de detalles, cómo vivían en aquel desolado paisaje sembrado de zanjas, alambradas y campos de minas. La Guerra Civil marcará a estos niños, convertidos en hombres a marchas forzadas, al igual que a otras generaciones de españoles nacidos antes, durante o después de aquella lucha fratricida. A los mozos supervivientes les esperaba, en el mejor de los casos, hacer la mili y padecer hambre, mucha hambre. Luego, una vez licenciados, serían movilizados de nuevo al estallar la Segunda Guerra Mundial y algunos, los más ?echaos p?alante?, se alistaron a la División Azul para combatir en el frente ruso.