Era un verano espléndido, un verano que parecía eterno. El aire olía a flores, y Kelli Troy era una joven hermosa y llena de vida, con todo un futuro por delante. Sin embargo, en medio de aquella belleza, una serpiente se introdujo en el paraíso sin que nadie lo percibiera. Todavía hoy persisten las dudas en torno al trágico suceso que unos meses más tarde marcó para siempre a la población. ¿Qué buscaba Kelli en aquellos bosques solitarios? ¿Y quién la estaba esperando?
Lo que ocurrió en la pequeña localidad de Choctaw, Alabama, ocurre en todas partes, porque cada lugar contiene el mundo entero. Aquel cálido verano de 1961, Ben Wade estaba secretamente enamorado de Kelli Troy. No era el único, desde luego. Kelli tenía algo especial, algo misterioso que atraía y daba miedo a un tiempo. Pero, como Ben no tardaría en descubrir, no basta con amar para ser correspondido. Así, en poco tiempo, aprendió que el primer amor puede transportarte al cielo... o romperte el corazón.
Poco a poco, Ben irá desgranando los hechos que condujeron al triste desenlace en una solitaria colina.
¿Dónde se torció la historia? ¿Dónde echó a rodar la bola que acabaría por arrasarlo todo, sumiendo a los vecinos en un incrédulo estupor? Las tragedias nacen a veces de un detalle inocente. Puede ser un poema, un gesto, una sonrisa a destiempo. Y la maldición de la memoria estriba en su capacidad para repasar una y otra vez la secuencia de acontecimientos, en todo detalle, con la esperanza de adivinar qué eslabón falló.
Hoy, Ben Wade es un respetado médico y padre de familia, pero cuando rememora aquel verano vuelve a ver a Kelli, guapa y feliz con su vestido blanco, y oye una voz que le susurra al oído: «tú no».
«Maestro de la novela negra, Cook trasciende el género con una inquietante historia de amor y culpa.» Ricard Ruíz, Qué Leer
«Si me obligasen a escoger una sola novela negra de todas las aparecidas en la década de los noventa, optaría por Regreso a Breakheart Hill de Thomas H. Cook, un misterio casi perfecto, de los que permanecen en la memoria por su poesía y su intriga.» Otto Penzler