El joven de veintitrés años, Andrés de Ferschengelder, realiza un viaje de Viena a Venecia cumpliendo un deseo de sus padres de que conozca gentes, observe costumbres ajenas y perfeccione sus maneras antes de incorporarse al lugar que le corresponde en la aristocracia vienesa. El objetivo primero se cumplirá pero Andrés se irá alejando de Viena a medida que se acerque a sí mismo. Esta novela son caminos, encuentros, rostros y ademanes que conforman un relato entrecortado de una rara intensidad y suspense que rodean al lector de un ambiente de impenetrabilidad, de ambigüedad y discontinuidad. Ninguna de las figuras revela su enigma, ninguna ha llegado al lugar que le ha sido asignado y no se puede prever la dirección que tomará la novela. Una Venecia del siglo XVIII, oscura y densa como un sueño y unas vivencias del protagonista entre la vigilia y el sueño. Es una novela sin solución a la que apenas le queda tiempo para dar forma a los enigmas de sus figuras.