Publicada en 1939, EL SUEÑO ETERNO supuso la fulgurante irrupción de Raymond Chandler (1888-1959) en el ámbito de la novela negra. Tomando como modelo en muchos aspectos a Dashiell Hammett, principalmente en la concepción de esta clase de relatos como reflejo y crítica de una sociedad más que como propuesta de acertijo o enigma a resolver, Chandler inició con su apuesta por su detective Philip Marlowe, con su inconfundible sentido del humor, una de las vetas más ricas del género. En «El sueño eterno» -novela repleta de nervio y de ingeniosos diálogos- es un caso de chantaje el que lleva a Marlowe a asomarse a las alcantarillas de una sociedad en apariencia espléndida.