Ésta es la historia de un día cualquiera en la vida de Yin Jiahou, un obrero en una industria metalúrgica de Wuhan. La virtud de esta novela, escrita con gran sensibilidad y sutileza, radica en su absoluta actualidad, alejada de la exaltación comunista del trabajador.
El protagonista y su familia viven en una ciudad industrial del sur de China, capital de la provincia de Hubei. Un día de finales de mayo, Yin Jiahou se levanta a las cinco de la madrugada en su minúsculo apartamento y empieza su larga travesía hacia el trabajo: colas, autobuses, el trasbordador del río Yangtsé... Por la noche, después de haberse enfrentado a los contratiempos del trabajo y a sus fantasmas del presente y el pasado, regresa a su casa donde le espera su mujer. La monotonía de su vida se ve alterada cuando descubre que su familia debe abandonar el apartamento donde vive.
La exquisitez literaria de Chi Li hace que nos sintamos transportados a un mundo tan lejano como próximo, pues esta historia de un personaje anodino en un día cualquiera, con una vida gris, no deja de ser una metáfora de la soledad y la incomunicación. En este sentido, la mirada de Chi Li (cargada de una fina ironía, con un estilo austero, sin florituras) dota a esta historia, y a su personaje, de una carga emotiva que termina por enaltecer la realidad de una vida triste.