Pornorom‡ntica es la historia de Caterina Ciccuto, una instructora de educaci—n sexual que prepara sus cursos desde casa. Parte diario de ficci—n, parte manual de sexo de la vida real, Pornorom‡ntica es la hilarante historia de los Žxitos y fracasos de Caterina. M‡s all‡ de ser una historia humor’stica sobre los descubrimientos er—ticos de una mujer, la novela escrita por Carolina Cutolo es el manifiesto de una nueva sensibilidad femenina, de una mujer que reclama con la misma urgencia sexo y sentimiento, placer infinito y romanticismo enso–ador. Todo surgi— a travŽs de un blog: pornoromantica.splinder.com. DespuŽs de superar el umbral de 1 000 000 de contactos, la autora decidi— transformarlo en una novela. A partir de ah’, Cutolo se ha convertido en Italia y en toda Europa, en una figura de culto, apareciendo en multitud de programas televisivos donde el tŽrmino Òpornorom‡nticaÓ se ha acu–ado como un vocablo popular. Frase promocional de cubierta: ÇUn poco Bridget Jones, un poco Sarah Jessica Parker, Carolina Cutolo ha escrito un manual novelado para devolverle al eros la alegr’a que se merece.È Elle Fen—meno editorial en Italia con m‡s de 60 000 ejemplares vendidos. Argumentos de venta: - Publicado por la misma editorial que descubriera a Melissa P., autora de Los cien golpes. ÇÀSe pueden conjugar erotismo y sentimiento? S’, segœn Carolina Cutolo, blogger hard core. Quien ha escrito un libro sin prejuicios. Y liviano.È Grazia Tras los pasos agigantados de los a–os Sesenta y Setenta, muchas mujeres hoy d’a se encuentran en una situaci—n de pereza, algunas descontentas, otras incluso frustradas, muchas aburridas. Carolina da en el blanco y afirma sin rodeos que ÇHay que reivindicar la dignidad de ser un poco guarras. Guarras y c‡ndidas a la vez para divertirse, aprender y experimentar librementeÈ. Si le preguntamos quŽ es exactamente el pornoromanticismo, contesta segura: ÇEs la actitud a interrelacionar, m‡s que separar, el sentir emocional y el sentir er—tico, el sentimiento rom‡ntico y la tigresa seductora que hay en cada una de nosotras. La tigresa es espont‡nea a la hora de seguir a su propio coraz—n, evitando sin embargo los psicodramas propios de un culebr—n sentimental. ImitŽmosla y conseguiremos por fin quitarnos la m‡scara de ni–as buenas (total, ya no se lo cree nadie) y manejemos el sexo a nuestro antojo m‡s que sufrirloÈ. Elle