Como dice uno de los protagonistas, ésta es la historia de tres amigos que con el tiempo dejan de serlo. Santos, de origen rural, que en la gran ciudad descubre su debilidad por las mujeres maduras y la pornografía; Martiniano, sobrino de Azorín, que jura odio eterno a los intelectuales tras los malos tratos recibidos de su tío; y Patricio, escritor que sueña con ver publicada su primera novela. Los tres están internos en la Residencia de Estudiantes y viven el bullicio de los años veinte en Madrid. Pero entre novatadas, enfrentamientos con otros grupos de estudiantes, participaciones explosivas en las tertulias de la época, sabotajes de conferencias, y su empeño desafiante en publicar la novela de Patricio, apenas perciben que están poniendo en peligro un plan secreto para crear una generación literaria: la del 27. Por la ficción irrumpen personajes como Juan Ramón Jiménez, Ortega y Gasset, José Moreno Villa o José Antonio Primo de Rivera, de manera tan calculada que nadie podría negar que sea cierta. Cuando llegue la República, los destinos de los amigos tomarán caminos divergentes y el reencuentro se tornará imposible.
Armada con una virtuosísima técnica de collage de citas y materiales, la novela avanza como una bomba cuya espoleta se activa astutamente al final. La parodia de registros, y sobre todo el humor, hacen de su lectura un verdadero festín. Y vuelve a demostrarnos que no hay medio mejor para contar una época que las fabulosas narraciones en lugar de historias.
Provocadora, explosiva, pero dominada con mano maestra, Fabulosas narraciones por historias fue para el reducido grupo de los que la leyeron en su momento uno de los hitos más indiscutidos de la reciente narrativa en español, que el paso de los años no ha hecho sino acrecentar. Era hora de darle un nueva oportunidad.