Luciano, retórico griego del siglo II d.C.; declaró que Roma era "parte del paraíso". Posteriormente, el
estudioso toscano del siglo XV Gian Francesco Poggio Bracciolini la describió como "la más bella y magnífica de todas
las ciudades habidas y por haber." Y a principios del siglo XIX, el poeta inglés Percy Bysshe afirmó que la impresión
causada por "esta majestuosa ciudad supera la de cualquier lugar que haya visitado en mis viajes". Estas opiniones han
perdurado a lo largo del tiempo y todavía hoy sobreviven a las dificultades de la Roma actual. El tráfico, la
contaminación, los problemas urbanísticos y una pesada burocracia no pueden oscurecer la belleza y la fascinación de la
que es, sin lugar a dudas, la ciudad eterna.