En medio de una romería, los vecinos de Getxo descubren el cadáver de la joven y hermosa Anari, y sobre ella, gritando desesperado, a un joven del otro margen de la Ría. Al día siguiente, en la librería de Sancho Bordaberri, alias Samuel Esparta, entran dos niños dispuestos a dar sus ahorros para contratar sus servicios como investigador privado: quieren demostrar que el sospechoso es inocente.Samuel descubrirá que fueron muchos los que vieron a Anari la noche fatídica, y que el caso se complica porque sus pesquisas se cruzan con las del comisario de la policía Político-Social. Por si fuera poco, se dará de bruces con una persistente leyenda popular sobre los cementerios costeros, que vierten sus cadáveres al mar, donde tal vez los amantes vivan juntos en la eternidad.