«El frente pasó y la guerra también, como tantas otras, porque ninguna guerra es la última; quizás no haya carnicerías, pero los hombres se tienen que tragar una humillación diaria y repetida, y no se puede hacer nada más que encajar los golpes que recibes mientras los intentas devolver, porque ninguna guerra se detiene jamás; en la tierra todo continúa y pasa sin importancia, porque lo que a los hombres nos parece desproporcionado, a la tierra le parece poca cosa, jamás se ha detenido el sol por la muerte de nadie.»
Tercera parte y broche final de la trilogía De estiércol y de mármoles, publicada íntegramente en esta colección