Por los juzgados y tribunales desfila cada d’a, generalmente no de buen grado, una variopinta legi—n de personas que -con sus temores a cuestas, algunas tambiŽn con su desenfado- dan lugar muchas veces a episodios que, pese a la sobriedad o a la solemnidad del marco, resultan de una irresistible jocosidad. No es raro que los profesionales del Derecho tambiŽn se erijan, en ocasiones, en protagonistas de lances divertidos. Este volumen acoge un pu–ado de esas anŽcdotas que ponen una pizca de sal en el severo ‡mbito en el que se administra Justicia, ocurrencias que en su momento tuvieron la virtud de distender situaciones dif’ciles o delicadas, y que ahora, arracimadas en un libro, pueden servir, en la paz de la lectura, para arrancar una sonrisa. Pese a que todos los sucedidos se desarrollan en escenarios sevillanos, su posible localismo queda superado por el amplio alcance de la gracia, que vuela por encima de las fronteras y lo mismo puede hacer sonre’r en Alcal‡ de Guadaira que en Alcal‡ de Henares.