ÇNadie da duros a cuatro pesetas.È Semejante obviedad es conocida por todos los ciudadanos que, sin embargo, no dejan de caer en las sutiles trampas que les tienden los randas o timadores, unos expertos en el arte de embaucar a los dem‡s, bien sea con los timos cl‡sicos al viejo estilo o con el empleo de las m‡s sofisticadas tecnolog’as. Porque los timadores son chorizos, pero listos como un rayo. En este libro, he tratado de recoger los casos m‡s recientes de timos que voy recopilando con la ayuda en muchas ocasiones de miembros de los cuerpos de seguridad que saben de mi dedicacion a estas cuestiones. Desde siempre me he preocupado de hacer lo posible por ayudar a los dem‡s para que aprendan a protegerse y esta vez lo hago con eso que se llama Çel œltimo gritoÈ en cuesti—n de enga–os. Por si es de su interes, incluyo un diccionario del timador, una recopilaci—n actualizada de las palabras m‡s caracter’sticas de la jerga de los delincuentes que, por otra parte, cada vez se parece m‡s a la nuestros j—venes.Por favor, sonr’a ante algunos casos que tienen su gracia o llore si lo tiene a bien, pero t—mese esta obra como lo que es: un tratado de autoprotecci—n. Y en cualquier caso, que no le pase nada.